domingo, 27 de noviembre de 2011

Sector #1



El relato picográfico de la terraza y los acontecimientos en su espacio empiezan a reclamar iconografía.
Un pájaro toma una antena como mirador para re calcular en el descanso como sigue su acción.
Otro emite su canto desde la antena vecina.  La naturaleza le asigna nuevas funciones a loa artificios humanos para naturalizarlos. Pareciera que sus espacios están bien delimitados y que ayudan a delimitar el de la escala humana que circunscriben en su fin del día. Los tiempos humanos son otros y son múltiples sus finales de los días.
Subsiste la fauna y el árbol. Todo está listo para que la música suceda en el relato del soñador soñado.

Africa está en el ritmo, en el gesto directo, en las formas simples. Por este lado del océano necesitamos las palabras que nombran quiénes somos y qué hacemos para ser dichas en pictotgramas.


sábado, 26 de noviembre de 2011

martes, 8 de noviembre de 2011

Busca una Marca

Una imagen que sea el gen de la Marca




Bueno, para lo que sea, planteo dos imágenes disparadoras.

Brasil








Lo mas cercano a nosotros que está Africa, después de Uruguay es Brasil, por sintáxis, frescura y todo lo que expresa una alegría genuina, haciendo que tla mera existencia sea celebrada como "bien".  Todo Bem!
Su particularidad consiste en que se trata de un verdadero imperio cultural  entrelazado con la naturaleza con tanta fuerza como México en el hemisferio norte, pero a la vez único en su espacie.
Brasil sigue siendo el paraíso que la vida puso para disfrutar, opuesto a la idea fundacional del  vacío a llenar que es La Pampa.  
Brasil, es el producto de una alegría que trascendió con fluidez el doloroso encuentro entre lo originario con  la colonización. Es la cultura del Norte africano y el Sur europeo unidos por la menor distancia mediterránea pero multiplicado en América. Un encuentro donde América puede ser un imperio moderno, con una pre historia de paraíso tropical, donde basicamente solo había naturaleza, donde la cultura todavía no estaba en trance de alterar su escala a Civilización, como sucedió en México pre colombino. 
Brasil es el imperio de Europa y Africa en la América no imperial, que increíblemente tuvo un emperador.
Es bueno dejar que esa América permee en Latinoamérica, la América Lusitana en la América Latina.
Para Caetano, Lusamérica. En definitiva, la América Luso Africana.
Es también el influjo de la América Norteamericana en el Sur de América, que sincretizó al catolicismo mas que otras Américas y abrió las puertas al protestantismo mucho antes que sus vecinos, que trajo los Lanchonettes a la vida cotidiana desde el temprano siglo XX, que aprendió del rock americano una lección innovadora.
Que permee es un noble propósito, una suerte de juego en el que La Pampa vacía juega incluír algo de ese paraíso extenso y diverso. Algo de su lengua, de su lenguaje musical, de su arte marcial original. 
Nosotros pertenecemos al Sur llano y originalmente vacío, a la ciudad que eligió ser Europea antes que Precolombina, Africana o Colonial, pertenecemos a Buenos Aires, la "capital del imperio que nunca existió", creo que al decir del aventurero André Malraux. 
Mirando las fotos, la Terraza podría pertenecer a esos entornos, a esa mas oculta que promovida América del Sur. 
América Luso Africana., Hispana, Criolla y Oriental. Cocoliche para la felicidad de la Tribu Cosmopolita del Sur.
A eso apunta la intervención. 
Saravá!




Referencias de Escritura





Tanque Rioplantense





No hace falta añadir que es un Primer Tanque Rioplatense, ni Nuestro, ni Gran, ni Afro. 
Es un tanque rioplatense, único pero una sola posibilidad entre incontables.
Es un recipiente para contener uno de los elementos lo mas abundantes en el planeta y en los organismos vivientes,  reconocible por su indicación de color.
Es, además, una escultura con una flecha indicadora del conocimiento cosmopolita que prosperó entre nosotros, señalando la parabra SUR, el SUR que significó un diálogo abierto al Universo, hoy algo olvidado.


Primer paso sobre la base conceptual



Este es el momento en que necesito ver referencias, el momento en que cada cosa diagnosticada hasta ayer, empieza a pedir movimiento:  el diseño del suelo, el color de las paredes,  la necesidad de una escritura  sobre ellas.  

lunes, 7 de noviembre de 2011

Viendo al Doctor Pedro Figari









Pedro Figari,  mas conocido como pintor de "escenas costumbristas", no solo excede esa descripción pictótica, sino que podría ser considerado una suerte de Leonardo Da Vinci  uruguayo: doctor en leyes que promovió la modernización legislativa del país oriental, diseñador de muebles de trabajo y de ocio, Director de la Escuela Nacional de Artes y oficios, pensador, político, altruísta. Un ser sensible y heredero de la humanidad mas progresista del siglo XIX, en los comienzos del  XX.  Con mucha lucidez, su lenguaje es otro ejemplo del trabajo en "la resta", lo cual no está en conflicto con lo diverso de sus intereses.Operación que Borges estableció con el lenguaje verbal de este lado del Río. La resta como respuesta a la sumatoria innecesaria, creadora de monstruos. A  los cuadros del Doctor Figari no hace falta añadirle "uruguayo", según los abusos nacionalistas en boga. No solo lo son fatalmente, sino que son mucho mas que el orgullo provinciano de semejante adjetivo delimitante. Figari es universal y, a la vez, fatalmente local, como lodo lo digno de perdurar, y quizá mas universal cuanto mas sinceramente local y sin énfasis se despliega.

En  sus cuadros se pueden encontrar algunas cosas interesantes algunas simetrías y algunos aportes: en principio, el Arbol- Ombú- ocupa en  su obra el lugar del Paraíso en la terraza. Mas bien, el Paraíso ocupa en La Terraza el lugar que el´Ombú  ocupa en la obra de Figari. La presencia tutelar es la misma.  Debajo de tal presencia innegable, se despliega lo que no deja de ser otra forma del Círculo de Voces, del Círculo de Tambores, de los cuerpos en movimiento, de la danza, la melodía y la  polirritmia: con el Candombe aparece lo africano en América del Sur, aquello que no prosperó al oeste del Río y si al este, lo que en esta orilla se perdió en algún momento de la historia y que el Círculo de Voces intenta de algún modo también traer de nuevo y esparcir. De eso trata el Círculo. El Candombe es tan protagonista su obra, como el Círculo de Voces lo es en la Terraza, y viceversa. La escena, es la misma, ciento y tantos años después, sin negros, ni galeras, ni mazamorra, sin fracs. El ocre, el rosado y el azul confirman la referencia. La paleta, no por nada, es la misma.
Hay paredes contenedoras del espacio, pero casi siempre abiertas al espacio nocturno, desde el espacio equivalente de Patio. Se hace presente aquello del "Cielo encauzado". La Noche y la Luna.  Poder disfrutar der esas presencias en el espacio doméstico contenido dentro de una ciudad posmoderna, no deja de ser un lujo.
En el último ejemplo de su pintura, puede verse al fondo una cuadrícula de útil aplicación a alguna superficie de la Terraza, al efecto incluír lo africano con patrones rítmicos de tamaño y color. Lo "espiritual Hindú" aparece en La Terraza por medio de la imagen, con la notable inclusión por parte de Marcelo al configurar su mural, de dos siluetas rioplantenses circundando el Mandala.  Eso que vemos en Figari, aparece, increíblemente, en La Terraza.

Fantaseando a futuro, imagino que en la descomposición del vestuario de los personajes femeninos de Figari,  hay un  punto de partida para el diseño de vestuario alguna posible performance. Time will say.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Lo que hay y sería bueno potenciar



Dos colores han llegado hasta ahora a  La Terraza: ocre y rosado, dos colores borgianos, para alegría de sus devotos:  al primero pudo seguir percibiéndolo a pesar de la ceguera, mientras que con el otro le daba nombre a un cuento. Algo de esa esquina queda en la pared. Sobre ella un mandala que se contrapone con unas siluetas cotidianas abriendo el relato de lo cotidiano en lo cuántico.
En una esquina diagonalmente opuesta, la presencia de Ganesha augura un mínimo básico de respeto a la espiritualidad que allí tenga lugar. 
Ocre y rosado configuran la paleta dominante, sin connotaciones deportivas o partidarias, los tonos pastel ya pertenecen a esa terraza. Mandala y Ganesha, dos aciertos que colaboran a su carácter.
El contrapunto frío está en el azul que rodea a Ganesha. Podría ser utilizado para completar la paleta en algún otro lugar. Es el azul "cielo de Figari".

Veo un primer problema: el piso. Es un embaldosado pintado de verde, un color que quizá esté intentando acercar una sensación de césped pero sin llegar a su cometido. Las baldozas originalmente serían mas adecuadas, seguramente de alguno de esos colores con los que se mantenía su naturaleza pétrea- La pintura en baldozas nunca resulta convincente transmiten algo de "último recurso" ante una posible desición entre mejorar una superficie demasiado dañada y la imposibilidad de hacer el recambio de revestimiento correspondiente, sea por difciultad económica o por pocas ganas de soportar una obra de varios días. 
Pintarlas es una solución rápida y económica pero no superadora.
Pienso cómo hacer posible que esta sensación sea mejorada. Pensando en lo mas sencillo recurro a un diseño lineal básico y un material similar para multiplicarlo hasta darle carácter. Me imagino una pintura como la de las sendas peatonales para un círculo con un triángulo implicado en él. Apenas un sencillo esquema. El desafío es integrarlo sin que quede suelto, como un sello aplicado a la superficie del suelo. Por ahora hay un esquema. Nada de decoración innecesaria  ni nada que lo enriquezca, Apenas una demarcación de pista de aterrizaje energético. Veremos que va pasando. Cómo incorporarle algo mas, lo mínimo para integrarlo.

La luz predeterminada no está mal ni en calidad ni en cantidad de artefactos. Con lo que hay, reubicándolo, puede mejorar. Durante el día la luz es la Luz. A la noche, debería ser la que evoque un fuego controlado y acogedor, o la tenue luz lunar. Imagino agregar solamente la luz esférica  entre las ramas del Paraíso como una luna que bajó a orbitar al círculo, que lo ilumine desde dentro. El dasafío de este objeto es poder resolverlo con un material económico y  liviano, con un finish pasable. La  primer idea que se me ocurre es la de la técnica del globo inflado que se recubre con una milhoja de papel vegetal y cola vinílica y que se deja secar para quitarle el globo y completar con una lámpara. Debo averiguar cual es el mejor material sintético para recubrirla y que soporte intemperie: barniz, laca, resina?
También mejorará la luz un lugar claro y a baja altura, quizá en una esquina hacia el centro y con un filtro de color.
Otro objeto que hay que trabajar aún es un aplique semitapado por un papel amarillo que no termina de ser un objeto nuevo, sino que parece un objeto que se incompletó por alguna razón y deja ver que el truco para tapar un viejo  farolito de campo. Hay una lámpara china de papel en una de las habitaciones de la casa que fue resignificada por unas simples hojas secas con la misma técnica  que los niños hacen collage en el jardín de infantes,  pero con una delicadeza que un infante no podría heber ejecutado, lo que la transforma en un claro y bello objeto, que por su fineza es contrapuesto en resultado al  farolito tapado con un papel. Hay que lograr algo equivalente con tal farolito, quizá quitándole el papel, o haciendo algo mejor con el papel. Ambos son dos buenos ejemplos de cómo en un mismo ámbito doméstico hay cosas que cierran y comunican claramente y espacios ú objetos baldíos a resolver.

Otras posibilidades de luz puede agregarse, según el evento: fanales en los rincones, luces chinas, habrá que pensarlo mejor. Me gustaría saber si las bombitas navideñas chinas se bancan la intemperie. Para tener a mano el recurso. Pienso de qué manera puede ser utilizado sin que connote directamente kermesse o fiesta navideña, sino que sugiera algo mas relacionado con algún ser mágico del paraíso. Un extraño vegetal lumínico? Combinándolo con algún modo de soporte novedoso? Quizá nada de esto. Ni de nada. En principio la esfera.
Y con respecto al centro del círculo, algún tipo de inclusión controlable de Fuego? Algún objeto simple que pueda ser contenedor para ocupar el centro en determinado momento. Seguro, por sobre todas las cosas. De combustión con cualquier material, o como una lámpara de aceite. Podía ser también algo que añada aroma cuando amerite la ocasión? I still d'ont know. El objeto sería conceptualmente una "salamandra abierta".

Quedan otros temas para pensar: qué hacer con el tanque de agua, que es un volumen importante gravitando molestamente a poca distancia de las cabezas humanas.. Sería mejor hacerlo mas liviano . Color claro, diseño vertical, quizá un remate loco arriba, algo así como el tótem, el mástil, el mojón, la torre, la bandera de ese espacio que incluye un árbol protagónico, un mandala y colores pastel?  Que será? Veré que hay allí mismo que sirva, o sirva para su construcción.  Sería bueno que indique "paraíso" de otra manera. Siquiera muy sutilmente.

Lo mismo con la reja tremebunda que hay que superar transformándola en soporte de otra cosa. La enredadera es lo primero en que pensé, corroborado luego por una de las chicas del Trío de Voces, que añadió que funcionaría también como extensión del árbol sobre la pared. pero me plantea nuevos problemas: cuánto tarda en constituirse como tal, en echar raíces, crecer y cubrirla con un mínimo grosor? Es posible mientras tanto pensar una idea que luego sea suplantada, o que lo vaya siendo  a medida que la enredadera aumenta su presencia? Alguna otra solución? Dejar la reja y esperar?  Lo que sí tengo claro es que la reja es un objeto muy feo.

Quiero hacer un relevamiento fotográfico en la semana. Tomar algunas medidas.

Hasta donde pude bocetar hoy, veo que  hay un mundo figariano a ser explotado para conferirle al espacio el toque "local" justo que merece. En estos tiempos en los que se ejerce el recordatorio sobre todo aquello  calificable de "local"-  "Nuestro dulce de leche", "Cine Argentino", etc, etc- no deja de ser mera redundancia, es decir, alarde y multiplicación de una obviedad que no es necesario recordar, quizá porque ya es fatalmente  todo aquello factible de padecer el etiquetamiento de su cualidad "local". Sería imposible que no lo sea, así como adjetivar de"mojada" cada vez que se pronuncie la voz "agua". Redundar para algo que no podría no ser "mojada". Mera pólvora ya utilizada. Toda redundancia no es mas que una pérdida de energía.
Volviendo al espacio, sé que hay un punto justo donde lo "local" pueda ser expresado pero sin necesidad de brillar:  los Malvones son parte- sino la totalidad- de ese acento. Su jerarquización estará directamente en la narración del espacio.  El lugar donde sea ineludible percibirlo, pero sin otro destaque que su función dramática del espacio. Convertir los dos o tres Malvones en  "próceres vegetales". Merecen un pedestal. La entidad superior es el Paraíso. Y el con azul cielo del Doctor Figari. Un sutil recordatorio de que la Pampa no es nacional, sino regional, "rioplatense" podría decirse. Como el Tango.

La idea es que en los días próximos todo esto que pienso hoy vaya siguiendo su curso, incorporando  modificaciones y mejoras para hacer una intervención precisa a la hora de reconfigurar el espacio que para el blog denomino "Paraíso de la Terraza", "Paraíso do Terraço" "Roof`s Paradise".
Es decir, la imagen bocetada que se ve hoy no es necesariamente definitiva, es un "work in progress" de la fecha.

Ideas y opiniones serán bienvenidas.

La terraza


Ayer, sábado, mi amigo Nicolás me ha honrado con un par de horas de experiencia musical:  ha dado lugar para que pueda presentarme con la guitarra. Todo sucedió en la terraza, ese espacio abierto dentro del espacio doméstico, protagónico en su casa, dada la ausencia de un living claro, y en los movimientos  que la acción que Nóbili despliega siempre sostenidos en lo grupal.  Lugar primordial para el desarrollo de cada círculo. Todos los círculos, el círculo.

Puede observar que, a su vez,, que la terraza tiene un protagonista claro: un Paraíso que desde la vereda irrumpe como una gran chorro de madera viviente. Parece que quisiera abrazar el espacio aéreo donde suenan las voces, donde muchas personas suelen reunirse para invocar algo, la afinación y el trabajo. Ese protagonista es ineludible y confiere el carácter de esa terraza particular. La cuadra entera pareciera no importar a la terraza y para percibirla, es mejor ir a la vereda. El Paraíso se antepone a su extensión, es el límite y el punto de inicio. Es el abrazo de la naturaleza abriendo una grieta en el espacio- tiempo urbano mas raso.

Habrá que jerarquizarlo todo lo posible. Darle a esa presencia un entorno acorde, mover todo lo necesario para reconfigurar espacio y materia en torno suyo. El Árbol del Tiempo llama a la puerta y decide entrar por la terraza. A Árvore do Tempo. The Time Tree. Preguntaré como se dice en alemán y en italiano.

La primera idea, entonces, claramente es el árbol. Su nombre es significativo en extremo. Recuerda que el paraíso puede estar contenido en el sencillo espacio abierto de una terraza porteña, un poco mas elevada que el ground zero del pavimento, pero no por mucho, ya que es característica primordial pampena la ausencia de altura, la predominancia de lo llano y su extensión ilimitada, lo que está al ras de la superficie geográfica de la atmósfera terrestre. Una invitación a no ir a buscarlo a otro sitio, porque ya está en su sitio y por el mero hecho de permanecer en el, quizá pueda alcanzarse el paraíso que habitamos con cierta frecuencia. A los infiernos necesarios de los que hablaba el Ciego Magistral  no hace falta salir a buscarlos. De esto también habla un blues que prendí en ese encuentro. El sujeto enunciador de es eblues, bein podría ser el sabio Paraíso.

El Arbol del Tiempo atestigua y contiene todo lo que bajo su ala verde sucede. Reforzaría esta idea con algún tipo de luz tenue que irradie desde su interior y le de presencia en la noche. Un centro gravitatorio lumínico en su centro espacial. Quizá, para desarrollar actividades sin luz solar, no sea necesario agregar nada mas que una fuente de luz pequeña en el centro del círculo del suelo. Un centro de luz en la tierra y otro en el cielo. Habrá que probar si otras fuentes de luz son necesarias o solo son necesarias para dar preludio y posteridad a la acción concentrada  de la tarea colectiva.

Por ahora, un Arbol, su espacio y un centro de Luz para configurar los que los físicos quánticos llaman de manera casi poética "Horizonte de Sucesos", el borde después del cual materia resignificaría sus leyes entre un universo y otro.